Chris Pefaur, nutricionista del Laboratorio Nutrapharm.
Llega diciembre y con él ese torbellino de compromisos que parece no tener fin. Cierres laborales, actos escolares, compras de regalos, reuniones familiares y balances personales se combinan en una agenda que exige más de lo que muchas veces podemos dar. No es casualidad que, para gran parte de las personas, el fin de año se convierta en una etapa de sobrecarga emocional y cansancio acumulado.
Según datos recientes, un 47% de los trabajadores afirma sentirse más fatigado que el año pasado, y un 22% no ha tomado vacaciones en más de dos años. Aún más preocupante, el 58% asegura que, incluso después de descansar, el agotamiento persiste. Estas cifras reflejan una tendencia clara: el estrés sostenido está dejando huella en nuestra salud mental y física.

Chris Pefaur, nutricionista del Laboratorio Nutrapharm.
El llamado “síndrome de burnout”, reconocido por la Organización Mundial de la Salud, describe precisamente ese estado de agotamiento físico, mental y emocional derivado del estrés prolongado. Sus síntomas van desde la falta de motivación y energía hasta la dificultad para concentrarse, irritabilidad y sensación de frustración. Cuando el cuerpo y la mente permanecen en modo alerta por demasiado tiempo, se produce una desconexión entre lo que deseamos hacer y lo que realmente somos capaces de rendir.
Hoy más que nunca, la salud mental y el rendimiento cognitivo se han convertido en pilares del bienestar. El descanso adecuado, una alimentación equilibrada y la práctica de hábitos de autocuidado son esenciales para mantener la claridad mental y la energía emocional. Sin embargo, el ritmo acelerado y las demandas constantes muchas veces impiden cubrir todas las necesidades nutricionales del organismo.
En ese contexto, algunas personas optan por complementar su alimentación con suplementos que apoyen las funciones cognitivas, ayuden a mejorar la concentración y contribuyan a un descanso reparador. Estas alternativas pueden ser un apoyo valioso en momentos de alta exigencia, siempre que se utilicen de forma responsable y acompañadas de hábitos saludables.
Frente al cierre del año, la invitación es clara: desacelerar, priorizar el bienestar y cuidar la mente con la misma dedicación con la que cuidamos nuestras metas. Porque no se trata solo de llegar a diciembre, sino de hacerlo con energía, equilibrio y la serenidad necesaria para disfrutar lo vivido y lo que está por venir.