La frase "Cree en las energías, porque hay personas que te consumen y otras que te renuevan" es una observación popular que, lejos de ser una simple creencia mística, se arraiga profundamente en la psicología social, la neurociencia y la teoría del apego. El concepto de "energía" se traduce, en términos científicos, como el impacto directo que el estado emocional y el estilo de comunicación de un individuo tienen sobre el sistema nervioso y el bienestar mental de otro. Reconocer este efecto es crucial para la higiene emocional y la gestión de nuestras redes sociales.
Las Personas que Consumen: El Drenaje Psicológico
Las personas que "consumen energía" son, psicológicamente, aquellas que activan repetidamente nuestro sistema nervioso simpático (la respuesta de "lucha o huida") o que nos sobrecargan con su propia inestabilidad emocional. Este drenaje ocurre a través de varios mecanismos:
Contagio Emocional Negativo: Existe una propensión natural a sincronizar nuestro estado emocional con el de las personas cercanas. Si interactuamos con alguien que constantemente irradia ansiedad, queja o victimización (un estado de ánimo bajo y crónico), nuestras neuronas espejo se activan, y nuestro propio sistema límbico comienza a reflejar ese estrés. El cuerpo invierte energía en regular esta tensión.
Vampirismo Emocional (Necesidad de Validación): Algunas personas consumen al requerir una validación, atención o apoyo desproporcionado sin reciprocidad. Estas interacciones suelen ser unidireccionales, obligando al oyente a actuar constantemente como terapeuta o amortiguador de crisis. El esfuerzo mental de sostener la inestabilidad ajena genera fatiga por compasión y agotamiento de los recursos cognitivos.
Comunicación Tóxica: La crítica constante, el juicio o el gaslighting obligan a la persona receptora a entrar en un estado de defensa y duda crónica. Defenderse o intentar justificar su realidad es una tarea cognitiva que drena energía vital, dejando una sensación de pesadez y confusión.
Las Personas que Renuevan: La Recarga Emocional
Las personas que "renuevan la energía" hacen lo opuesto: activan nuestro sistema nervioso parasimpático ("descanso y digestión") y ofrecen recursos psicológicos positivos.
Co-regulación y Seguridad: Una persona "renovadora" ofrece un apego seguro. Su presencia se percibe como calmada, estable y no amenazante. Esto permite que el sistema nervioso del otro se relaje y se regule. La calma del otro actúa como un bálsamo que reduce la producción de cortisol y promueve un estado de serenidad fisiológica.
Validación y Escucha Profunda: Estas interacciones son recíprocas. El renovador practica la escucha activa y empática sin juzgar, validando la experiencia del otro. Sentirse genuinamente visto y aceptado libera al cerebro de la carga de tener que justificar o defenderse, liberando energía mental para la creatividad y el bienestar.
El Efecto Contagio de la Positividad: La interacción con personas que irradian optimismo, propósito y gratitud aumenta la probabilidad de que nosotros experimentemos emociones positivas. El entusiasmo y el flow son contagiosos, y funcionan como una recarga de dopamina y serotonina, mejorando el estado de ánimo y la motivación.
El Poder de la Elección Consciente
El poder detrás de la frase "cree en las energías" reside en su invitación a la conciencia emocional. No se trata de evitar a las personas que están sufriendo, sino de reconocer que la calidad de nuestras interacciones tiene un impacto directo y medible en nuestra salud mental.
El individuo que practica la higiene relacional —eligiendo conscientemente invertir tiempo en fuentes de renovación y estableciendo límites con las fuentes de consumo crónico— no está siendo egoísta; está asumiendo la responsabilidad por su propio ecosistema emocional. El verdadero poder reside en tener la sabiduría de proteger la propia energía para poder ser, a su vez, una fuente de renovación para los demás.