Pia Arismendi

La frase "No hay principios ni finales. Solo cambios y transformaciones" desafía nuestra necesidad psicológica de organizar la vida en narrativas lineales y discretas. Desde la psicología del desarrollo y la filosofía del proceso, esta máxima es una guía para vivir con menos ansiedad y más fluidez. Al abandonar la ilusión de hitos definitivos, se reconoce que la existencia es un flujo perpetuo, y que la verdadera madurez consiste en navegar la naturaleza cíclica del ser. 


La Ilusión del Hito: La Tiranía de los "Comienzos" y los "Fines" 


Psicológicamente, la mente humana ansía la certidumbre. Creamos principios y finales para dar sentido al caos, para marcar momentos de victoria ("comienzo de una nueva vida") o de fracaso ("el final de la relación"). Sin embargo, esta categorización binaria tiene un alto costo emocional: 


Presión por la Perfección: La idea de un "nuevo comienzo" implica la presión de tener que ser una versión perfecta de uno mismo desde el día uno, lo que a menudo lleva a la parálisis por el miedo al fracaso. 


Duelo Incompleto: La idea de un "final" puede negar la continuidad de una experiencia. Una relación que termina no es un corte abrupto; su influencia, sus lecciones y sus recuerdos persisten, formando parte de la identidad de una persona. La negación de esta continuidad impide un duelo saludable y fomenta el apego al pasado. 


Estos hitos, por lo tanto, son constructos mentales que nos impiden ver la realidad. 


La Sabiduría del Flujo: Cambios y Transformaciones 


La frase nos invita a adoptar una mentalidad de proceso, un cambio cognitivo fundamental que ve la vida como un río, no como una serie de estanques. 


Aceptación de la Transitoriedad: El reconocimiento de que "solo hay cambios y transformaciones" es una aplicación de la filosofía Wabi-sabi a la vida misma. Las fases son fluidas, y cada "final" es, en sí mismo, el inicio de algo nuevo que ya estaba en gestación. Por ejemplo, el final de un trabajo es el inicio de la búsqueda de uno nuevo; la transformación comienza en el instante en que la decisión se toma. 


Reducción de la Ansiedad: La ansiedad por el futuro se basa en la incertidumbre de los "comienzos". La frase contrarresta esto al recordar que el cambio es constante y, por lo tanto, familiar. No hay una "gran" transformación, sino un sinfín de pequeñas adaptaciones que ya estamos haciendo. 


El Poder del Presente: Si no hay un inicio o un final que esperar, el único momento con poder y agencia es el presente. Esta perspectiva fomenta la atención plena y el enfoque en las acciones actuales, en lugar de la preocupación por el futuro. 


El Ser Cíclico 


Desde una perspectiva psicológica, la vida humana es inherentemente cíclica. Nacemos, crecemos, nos adaptamos, experimentamos pérdidas y renacemos en nuevas formas. Los finales son simplemente el punto en el que una fase del ciclo madura y se convierte en la siguiente. 


En conclusión, la frase es una guía hacia una mayor serenidad. El verdadero poder no se encuentra en la capacidad de controlar los hitos, sino en la sabiduría de aceptar el flujo perpetuo de la existencia. Al liberar la mente de la necesidad de principios y finales, se encuentra la libertad para vivir cada momento como parte de una única y continua historia de transformación constante.

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