Buk, plataforma integral de gestión de personas, presentó los resultados del “Estudio de Felicidad Organizacional 2025”, que profundiza en la relación entre el bienestar laboral y el desempeño de las empresas. El informe confirmó que la felicidad de los trabajadores no solo impacta en el clima organizacional, sino que también está vinculada con la retención de talento, la productividad y la solidez financiera.
El estudio se elaboró con datos de 1.051 empresas y 117.807 trabajadores de Chile, Colombia, México y Perú. A esta información se sumó una ficha organizacional aplicada a las compañías participantes de Building Happiness, que permitió vincular los niveles de felicidad con variables de gestión, percepción financiera e inversión en bienestar.
“Medir la felicidad en las organizaciones no es un gesto simbólico, es contar con un termómetro confiable del clima interno. Con datos concretos, las empresas pueden anticipar riesgos y fortalecer la experiencia de sus equipos. En Buk creemos que colaboradores felices no solo impactan positivamente en el ambiente laboral, sino que también impulsan el compromiso, productividad y resiliencia, transformando la felicidad en una palanca estratégica de competitividad”, explicó Lesley Warren, Head of Research de Buk.
En esta edición, la felicidad organizacional aumentó de 81 % en 2024 a 83 % en 2025. Por país, Colombia lidera con 89 %, seguida por Perú (87 %), México (84 %) y Chile (79 %).
El estudio también confirma que, a mayor edad, mayor felicidad: 89 % de los Baby Boomers se declara feliz en su trabajo, seguidos por 87 % de la Generación X, 81 % de los Millennials y 80 % de la Generación Z. “La experiencia, la estabilidad y una mirada más madura hacia el trabajo pueden estar asociadas con mayores niveles de satisfacción laboral. Esto plantea, a la vez, un desafío para atraer y retener a los más jóvenes”, agregó Warren.
Asimismo, los datos muestran que la felicidad laboral tiende a disminuir con la antigüedad, especialmente entre los más jóvenes. Tras el primer año en una organización, la satisfacción cae significativamente en todas las edades. Millennials y Generación Z son los más afectados, con una caída abrupta a partir del segundo año, mientras que los Baby Boomers y la Generación X mantienen niveles relativamente estables (86–89 %). Este fenómeno, conocido como honeymoon–hangover, plantea desafíos para la retención y el desarrollo temprano de las nuevas generaciones.
Por otra parte, se detectó un vínculo directo entre la percepción financiera y la felicidad. En culturas organizacionales donde las personas se sienten felices, es más probable que se generen ambientes de mayor claridad, eficiencia y sentido compartido. Esto no solo mejora el día a día laboral, sino que también impacta en la percepción general de estabilidad y solidez económica.
Uno de los hallazgos más relevantes es que las empresas con altos niveles de felicidad presentan menor riesgo financiero: a mayor Net Happiness Score (NHS), menor probabilidad de estar en el 10% con peor margen de utilidad bruta. Además, pertenecer al top 10 % de felicidad organizacional duplica la probabilidad de que una empresa se perciba como financieramente sólida.
“Los datos muestran que la felicidad organizacional puede convertirse en una herramienta clave para la sostenibilidad del negocio. Invertir en felicidad no es un costo, sino una decisión estratégica que permite anticipar riesgos, fortalecer la cultura y poner foco en la sostenibilidad a largo plazo”, concluyó Warren.