La película animada "Las Guerreras K-Pop" (K-Pop Demon Hunters o Huntrix), que ha redefinido el paisaje del entretenimiento global en plataformas de streaming, no es solo una explosión de música pop y coreografías perfectas. Su resonancia social y su éxito masivo radican en su profunda inmersión y reinvención inteligente de elementos del folclore y la historia coreana, proyectando arquetipos ancestrales en un formato hipermoderno.
Rumi, la líder carismática y talentosa del trío animado de K-Pop Huntrix, es mucho más que una idol con un destino heroico. Psicológicamente, su personaje en "Las Guerreras K-Pop" es un retrato profundo y dolorosamente relatable de la presión del liderazgo, la toxicidad de la perfección y el estigma de la vulnerabilidad. Para muchos de nosotros que hemos cargado el peso de la responsabilidad o hemos sentido la necesidad de ocultar nuestra sombra, Rumi se convierte en un espejo.