Las agresiones a trabajadores en espacios de atención presencial no solo son un riesgo para su integridad, sino también un desafío urgente para organizaciones públicas y privadas. En Chile, este fenómeno ha ido en aumento durante los últimos años, impactando especialmente a funcionarios del sector salud, pero también a trabajadores de bancos, servicios públicos, municipalidades, supermercados y empresas de servicios básicos.
Según cifras del Ministerio de Salud, en 2024 se registraron más de 10.407 agresiones a funcionarios de la salud pública, lo que representa un promedio de 28,5 ataques diarios, incluyendo episodios verbales, físicos y amenazas con armas. Esta situación no es exclusiva de hospitales: regiones como La Araucanía y Biobío presentan altos índices de incidentes en oficinas públicas y sucursales bancarias, con cientos de casos reportados. A raíz de estos hechos, gremios y asociaciones de trabajadores han exigido mayores medidas de seguridad y protocolos claros para enfrentar situaciones de violencia.
“Estamos viendo cómo los trabajadores que dan la cara por las instituciones enfrentan un nivel de exposición preocupante. La tecnología debe estar al servicio de su seguridad, no solo como reacción, sino como herramienta preventiva que les permita sentirse respaldados”, señaló Jessica Polanco, Key Account Manager de ZeroQ. Esta visión es compartida por autoridades y expertos en seguridad laboral, quienes destacan que la prevención y la respuesta rápida son claves para disminuir los riesgos.
Frente a este escenario, diversas soluciones tecnológicas están marcando la diferencia:
“Hoy la tecnología entrega herramientas que está comprobado pueden bajar significativamente los ataques a trabajadores que atienden público. Proteger a quienes están en esta primera línea no solo responde a una necesidad operativa, sino también ética, sobre todo en tiempos de creciente tensión social, reforzando no solo la seguridad, sino también la confianza en los espacios de atención presencial”, concluye Polanco.