Edgardo Muñoz

El skimming, técnica en la que se copia ilegalmente la información contenida en la banda magnética de una tarjeta bancaria, lamentablemente sigue ocurriendo. Según explica Nicolás Silva, director de Tecnología de Asimov Consultores, empresa chilena que desarrolla apps móviles, software e inteligencia artificial para el sector público y privado, este tipo de fraude se produce generalmente a través de dispositivos ocultos en cajeros automáticos, terminales de punto de venta o lectores de tarjetas, que permiten a los delincuentes obtener los datos del plástico e incluso replicar la tarjeta original. 


El principal problema es que, al utilizar una tarjeta física, el comercio recibe el número real. Si ese establecimiento sufre una filtración o sus sistemas son vulnerables, esa información queda expuesta”, señala el experto. “Por el contrario, los pagos digitales realizados desde el celular, como Apple Pay, Google Pay o Mercado Pago, utilizan códigos cifrados —también conocidos como tokens— que no pueden reutilizarse ni permiten clonar la tarjeta”, agrega. 


Silva, de profesión ingeniero civil y máster en TI de la Universidad de Carnegie de Estados Unidos, destaca que estas billeteras digitales no solo enmascaran la información real, sino que además requieren autenticación biométrica o PIN para validar las transacciones, lo que introduce una segunda barrera de seguridad. “A esto se suma la posibilidad de monitorear en tiempo real los movimientos financieros a través de las aplicaciones bancarias, lo que permite actuar con rapidez ante cualquier actividad sospechosa”, precisa el profesional. 


Protección legal 


Junto con el skimming, otras técnicas como el phishing (fraude vía correo electrónico) y el smishing (mediante mensajes de texto) forman parte del repertorio de delitos financieros más frecuentes. Frente a estos riesgos, la Ley 21.234, conocida como Ley de Fraudes, limita la responsabilidad del usuario en caso de robo, extravío o uso indebido de sus medios de pago, siempre que se notifique oportunamente a la institución financiera. 


El usuario debe bloquear su tarjeta de inmediato, notificar formalmente al banco para impugnar los cargos y realizar una denuncia ante Carabineros, la PDI o el Ministerio Público”, subraya Silva. 


Dentro de las recomendaciones clave, el ejecutivo de Asimov Consultores menciona: Evitar el uso de tarjetas con banda magnética, activar notificaciones de movimientos en las aplicaciones bancarias, utilizar medios de pago digitales con autenticación segura y denunciar cualquier transacción no autorizada en el menor tiempo posible. 


En un contexto donde los ciberataques y fraudes evolucionan con rapidez, los especialistas coinciden en que es necesario avanzar hacia una cultura financiera más digital, informada y proactiva en términos de seguridad.

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