Columnas de opinión

Por José Cabello, CEO de Netdata Cybersecurity.


La masificación de tecnologías como blockchain, IoT, cloud computing o IA generativa ha ampliado la superficie de ataque y multiplicado las vulnerabilidades. Hoy la ciberseguridad dejó de ser un asunto técnico para transformarse en un desafío estratégico: una brecha puede costar miles de millones y dañar irreversiblemente la reputación de una compañía. 


Según el último informe del banco de inversión estadounidense Houlihan Lokey, el costo para frenar un ciberataque es de 15,4 millones de dólares, mientras que IBM estimó que una violación de datos puede costar alrededor de $4,45 millones. A esto hay que sumar los días de inactividad que pueden provocar un ataque, y algo mucho más difícil de cuantificar: el daño reputacional y la pérdida de clientes. 


José Cabello, CEO de Netdata Cybersecurity.

Por eso es un error delegar este tema solo a equipos de TI. La ciberseguridad requiere compromiso del CEO y de la alta dirección. Según el State of Cloud Native Security Report de Palo Alto Networks, en 2024 las brechas de datos crecieron un 64% y un tercio de los profesionales reconoció dificultades para seguir el ritmo de los cambios tecnológicos y las amenazas. Esto refuerza la necesidad de que los líderes asuman un rol activo. 


El CEO no solo debe conocer los riesgos, sino evaluar cada nueva iniciativa —desde un producto digital, hasta la apertura de una sede— bajo el prisma de la seguridad. En muchas catástrofes cibernéticas, la raíz estuvo en decisiones tomadas sin comprender el impacto real que puede tener un ataque. 


La adopción de modelos como Zero Trust (“nunca confíes, siempre verifica”) es hoy indispensable. Asimismo, la respuesta a incidentes no puede improvisarse: no se trata de “si ocurrirá” un ataque, sino de cómo y cuándo se reaccionará. Desde un Centro de Operaciones de Seguridad (SOC, por sus siglas en inglés) interno con decenas de herramientas hasta servicios de Detección y Respuesta Gestionada (MDR) con inteligencia artificial y expertos 24/7, lo esencial es reducir al mínimo los tiempos de inactividad, las pérdidas monetarias y los daños reputacionales. 


En definitiva, la ciberseguridad debe estar en todas las mesas directivas. Asumirla como prioridad estratégica no es solo proteger datos, sino garantizar la confianza, continuidad y sostenibilidad del negocio en un mundo que ya es completamente digital.


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