Pia Arismendi

La frase "No olvides cerrar con amor, lo que un día abriste con amor" es mucho más que un aforismo sentimental; es una directriz de higiene mental y madurez emocional respaldada por la psicología del apego y el duelo. Sugiere que el verdadero poder de una relación—sea romántica, de amistad o profesional—no reside en el tiempo que dura, sino en la calidad de su terminación. Cerrar un ciclo con compasión es un acto que protege la salud mental de ambas partes y permite una transición saludable hacia el futuro.     


La Psicología del Cierre: Evitar la Herida Crónica 


En el momento de una ruptura o el final de un ciclo, la tendencia natural, impulsada por el miedo o el dolor, es actuar desde la defensa y la evitación. Sin embargo, la psicología advierte que un cierre abrupto, lleno de resentimiento o falta de claridad, tiene un alto costo: 


Duelo Congelado (o Complicado): Cuando no hay un "cierre" emocional claro, el cerebro lucha por procesar la pérdida. La ausencia de una despedida respetuosa mantiene la herida abierta, dando lugar a un duelo complicado que se prolonga indefinidamente. El individuo se queda atrapado en el pasado, reviviendo el dolor en lugar de integrar la experiencia. 


Sesgo de Negatividad: Un cierre hostil o lleno de ira tiene el poder de reescribir la narrativa completa de la relación. El cerebro, enfocado en el dolor del final, tiende a descartar o minimizar los momentos positivos vividos, dejando una cicatriz emocional teñida de negatividad que afecta la capacidad para confiar en futuras relaciones. 


El Amor al Cerrar: Un Acto de Autocuidado 


"Cerrar con amor" no significa necesariamente reconciliación o amistad inmediata; significa abordar la conclusión del ciclo desde la integridad, la honestidad y el respeto por la experiencia compartida. Este es un acto de poder y autocuidado, pues el principal beneficiario de un cierre compasivo es uno mismo. 


Validación de la Experiencia: Al reconocer el valor de lo que fue ("abriste con amor"), el individuo valida la decisión original y el tiempo invertido, protegiendo su propia autoestima de la sensación de fracaso. Este reconocimiento es un ejercicio de autocompasión. 


Responsabilidad Ética y Emocional: El amor en el cierre implica asumir la responsabilidad por la propia parte en el final, sin caer en el juego de culpas. Esto requiere un alto grado de madurez emocional, al elegir la honestidad clara sobre el ghosting o la ambigüedad, que son formas de agresión pasiva. 


Preservación de la Identidad: Un cierre respetuoso asegura que el individuo pueda mirar hacia atrás y recordar los momentos positivos, permitiendo que la experiencia se incorpore a la identidad como una lección valiosa, en lugar de como una fuente de trauma. 


El Legado Emocional 


En última instancia, la frase es una guía para manejar el legado emocional de nuestras interacciones. Así como se abre una relación con esperanza y vulnerabilidad, cerrarla con amor es un acto de dignidad que honra el pasado. Permite que la energía psíquica se libere del resentimiento, asegurando que, al mirar hacia el futuro, el individuo cargue con el aprendizaje de la relación, y no con el peso de un final mal gestionado.

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