Pia Arismendi

La frase "Te creció el corazón cuando elegiste sanar en vez de lastimar" captura una verdad psicológica esencial: el crecimiento y la madurez emocional no se miden por la acumulación de éxitos, sino por la calidad ética de nuestras respuestas al dolor. Esta elección—sanar en lugar de replicar la herida—es el punto de inflexión donde el individuo trasciende la reactividad del ego para asumir un poder compasivo sobre sí mismo y sobre sus relaciones.


La Tentación de Lastimar: El Mecanismo Reactivo 


Cuando somos heridos (por una traición, un abandono o una ofensa), la respuesta biológica inmediata es la reactividad defensiva. El sistema nervioso simpático se activa, impulsando el deseo de devolver el golpe, de buscar venganza o de imponer una narrativa de superioridad para mitigar el propio dolor. 


Psicológicamente, lastimar al otro es una estrategia de proyección y alivio temporal: 


Proyección: Al enfocar la energía en el defecto o el dolor del otro, se distrae la atención del propio dolor y la vulnerabilidad. 


Reafirmación del Ego: La venganza busca reafirmar el poder perdido. Si yo te lastimo, demuestro que todavía tengo control sobre ti o sobre la situación. Sin embargo, este es un poder hueco y autodestructivo, pues ata al individuo al mismo trauma que intenta superar. 


La elección de lastimar no sana la herida interna; simplemente crea una nueva herida en el mundo, asegurando que el ciclo de dolor se perpetúe. 


"Crecer el Corazón": La Elección de la Agencia Moral 


La metáfora de que "te creció el corazón" alude a una expansión de la conciencia moral y emocional. Representa el momento en que el individuo, consciente de su capacidad para el resentimiento y la venganza, elige deliberadamente un camino de autorregulación y compasión. 


El proceso de elegir sanar tiene profundos beneficios psicológicos: 


Recuperación del Locus de Control Interno: Al elegir sanar, el individuo se enfoca en lo único que puede controlar: su propia respuesta. Deja de depender de la acción del otro (disculpa, remordimiento o castigo) para encontrar la paz. Este es el verdadero empoderamiento; la sanación se convierte en un proyecto personal y autónomo. 


Rompimiento del Ciclo Traumático: La elección de no lastimar es el acto fundamental del perdón, el cual, en psicología, no es un regalo para el otro, sino una liberación para uno mismo. Al no replicar la agresión, la persona se desvincula de la energía negativa del evento traumático, permitiendo que la herida finalmente cicatrice. 


Integridad y Autoestima: Cuando una persona actúa en coherencia con sus valores más elevados (compasión, integridad, madurez), su autoestima se fortalece de manera inquebrantable. El "crecimiento del corazón" es la sensación profunda de saberse una persona de bien, a pesar del dolor experimentado. 


El Poder de la No-Violencia Emocional 


En definitiva, la frase define la madurez adulta. La fuerza reside en la capacidad de contención, de tener el poder para causar daño y elegir no ejercerlo. El camino de sanar es el de la integridad emocional; el camino de lastimar es el de la esclavitud reactiva. El verdadero poder no se mide por la profundidad de la cicatriz que podemos causar, sino por la magnitud de la paz que elegimos cultivar.

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